Cosecha Artesanal
El origen de un aceite que nace del detalle y del tiempo
La cosecha es el momento más decisivo del año: el instante en que el fruto expresa todo lo que la tierra, el clima y el cuidado han construido durante meses. En HOSTALETS 1898, la recolección no se concibe como un proceso industrial, sino como un oficio. Un gesto preciso, atento y profundamente respetuoso con el olivo.

Trabajamos con cosecha artesanal y en pequeñas partidas, recolectando únicamente cuando la arbequina alcanza su punto óptimo de maduración: ese equilibrio exacto entre frescura aromática, intensidad vegetal y estabilidad natural. No nos guiamos por la prisa ni por el calendario; nos guiamos por el árbol.
Selección a mano: cada fruto importa
La recolección manual permite elegir solo las aceitunas sanas, firmes y perfectamente formadas. Esta selección minuciosa garantiza que ningún fruto dañado entre en el proceso, preservando la pureza del aceite desde el primer paso.

El manejo artesanal evita golpes, presiones o temperaturas que puedan alterar el perfil sensorial. El resultado es un AOVE que conserva intacta su identidad aromática, una expresión fiel del Montsant, de su clima y de su suelo pedregoso.
El valor de la inmediatez: molturación en el mismo día
La aceituna, una vez recolectada, se transporta en cajas aireadas y se lleva al molino en un proceso continuo y controlado. Cada lote se moltura el mismo día, siempre en frío, para evitar oxidaciones y preservar:
- los polifenoles,
- la frescura aromática,
- la estabilidad natural del aceite,
- y la elegancia sensorial que distingue a nuestros AOVES
Es un método que exige organización, precisión y un compromiso absoluto con la calidad. Pero es también la única forma de obtener un aceite verdaderamente vivo y honesto.
Tradición que perdura, precisión que transforma
La cosecha artesanal es una práctica que hemos heredado y que forma parte inseparable de la identidad del Priorat. En HOSTALETS 1898 la reinterpretamos con técnicas actuales que no sustituyen el oficio, sino que lo elevan. Cada paso está pensado para respetar el fruto, proteger su integridad y trasladar a la botella la esencia del paisaje del Montsant.
Porque cuando el origen es tan especial, la forma de recogerlo también debe serlo.
