Montsant:
La montaña que da carácter a nuestro AOVE
La Serra de Montsant, en el corazón del Priorat, pertenece a la segunda categoría. Es una sierra de riscos, barrancos y silencio, declarada parque natural para preservar un equilibrio frágil: el de la naturaleza en estado puro conviviendo con los cultivos que llevan siglos dibujando estas laderas. Entre ellos, el olivo.

En este entorno es donde nace y crece el olivar de HOSTALETS 1898. No como una anécdota en el paisaje, sino como parte de su propia memoria. Cada árbol hunde sus raíces en suelos pedregosos y pobres en profundidad, pero ricos en minerales y en historia. Esa combinación de dureza y belleza es la que acaba transformándose en carácter dentro de cada gota de nuestro AOVE.
Un parque natural, una isla de biodiversidad
El Parc Natural de la Serra de Montsant se extiende sobre un relieve abrupto, casi amurallado, donde la roca marca el ritmo del territorio. Entre paredes calcáreas, congostos y barrancos, se despliega un mosaico de bosques mediterráneos, matorral, cultivos tradicionales y márgenes de piedra seca que crean una auténtica isla de biodiversidad.

En este entorno conviven encinas, pinos, romero, tomillo, sabinas, plantas rupícolas que se aferran a las rocas, aves rapaces, pequeños mamíferos, reptiles y una enorme variedad de insectos polinizadores. Es un paisaje vivo, en equilibrio, en el que cada pieza cumple una función.
Suelos, clima y nutrientes
El Montsant es un territorio exigente. Los suelos son pedregosos, poco profundos, con abundante roca y un drenaje natural excelente. El olivo, para prosperar, se ve obligado a profundizar sus raíces, a crecer despacio, a adaptarse. No se persigue el máximo rendimiento; se acepta que la tierra marque el límite.

A esta geología se suma un clima mediterráneo interior: veranos calurosos, inviernos fríos y una marcada amplitud térmica entre el día y la noche. Estas diferencias de temperatura permiten que el fruto madure despacio, acumule aromas, polifenoles y ácidos grasos saludables sin perder frescura ni equilibrio.
La aparente austeridad del Montsant se transforma así, lentamente, en finura, profundidad y serenidad en el AOVE.
Olivos de secano y piedra seca: el valor de lo que permanece
En las laderas y valles que rodean la sierra, el olivo se cultiva en secano, respetando los ritmos naturales de la lluvia y la tierra. Los árboles se distribuyen en bancales sostenidos por márgenes de piedra seca, verdaderas obras de artesanía rural que han resistido generaciones.

El olivo, en este contexto, deja de ser un simple cultivo para convertirse en el eje de un paisaje cultural y ecológico. Al cuidar estos bancales, se cuida también la memoria del territorio y se ofrece un hogar a muchas otras formas de vida. Cada botella de AOVE que sale de aquí lleva algo de ese legado silencioso: la suma de piedra, raíz, tiempo y respeto.
Montsant en la filosofía de HOSTALETS 1898
Para nosotros, hablar del Parc Natural de la Serra de Montsant es hablar de la esencia de lo que hacemos: un Aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico que nace en un entorno protegido, que respeta la biodiversidad y que se elabora con la calma de quien sabe que las prisas no forman parte de este paisaje.

Cada cosecha es una nueva lectura de la montaña:
del clima de ese año, de la respuesta de los árboles, de la forma en que el fruto ha concentrado aromas, nutrientes y matices. Nuestro trabajo consiste en escuchar ese lenguaje y trasladarlo, con la máxima fidelidad posible, a la botella.
Así, cuando un AOVE de HOSTALETS 1898 llega a la mesa, no llega solo un producto: llega un fragmento de Montsant.
Llega un paisaje protegido, un olivar de secano, unas raíces antiguas y una manera de entender la tierra basada en el respeto, la precisión y el valor de aquello que permanece.
